(cuando nos quieren picar el boleto)
Nuevamente, las calles se llenaron de estudiantes y trabajador@s que reclaman no ser más la variante de ajuste ante las “pérdidas” de l@s empresari@s de transporte. Más de 600 personas nos manifestamos para expresar nuestro rechazo al intento de aumento del boleto de transporte urbano de pasajer@s, el cual podría pasar de $1,50 a $2.
En el recorrido de la movilización, hicimos saber que el intento de aumento no pasará sin resistencia por parte de los sufridos bolsillos de l@s estudiantes y trabajador@s. Un intento de aumento encubierto bajo el lema “reestructuración del precio del boleto”, proyecto que parte desde el Ejecutivo Municipal, donde se escuchan las “necesidades” de l@s empresari@s y no las de la mayoría de la población.
El transporte público es un medio para ir a trabajar, buscar trabajo, ir a estudiar, ir al hospital, para que no haya tanto tránsito a causa de los automóviles particulares y así cuidar el ambiente. No obstante, perdemos el tiempo en las paradas esperando que llegue el colectivo, viajamos “como ganado” en horas pico, soportamos recorridos diseñados en torno a su rentabilidad y no a nuestras verdaderas necesidades de transporte, l@s discapacitad@s quedan excluid@s (porque para ell@s nunca se piensan las unidades) y pagamos más de lo que podemos por un servicio más que deficiente. Como si fuera poco, somos nosotr@s quienes subsidiamos un transporte diferencial que ni siquiera utilizamos porque es carísimo y los recorridos son restringidos a las zonas más favorecidas de la ciudad.
Ya estamos cansad@s de mentiras, de atropellos, del robo impune y de que los gobiernos vean, en cada servicio que se presta desde el Estado, un negocio. El deber de impedir esto es nuestro. Sólo un pueblo organizado puede resistir esta injusticia.
