16.5.09

Editorial

Sí. Estás leyendo “el 13”, el de cada mes, el del siempre radiante color de la vida, de la esperanza. Pero no esta vez. Hoy nos vestimos de rojo. Wila-chipica*, dirían l@s dueñ@s de esta tierra americana que nos abraza. Rojo lucha, rojo de bronca ante la injusticia. Y colorado de vergüenza ante lo evitable. Rojo, wila-chipica. El color de la sangre que aquel mayo, 40 años atrás pintaba calles desbordantes de indignación. Sangre derramada por nuestr@s compañer@s obrer@s, por compañer@s estudiantes, es@s que copaban nuestra ciudad y aturdían oídos necios con su grito de justicia, es@s que hicieron el Cordobazo. Que no claudicaban y, con el puño en alto, no daban un paso atrás. Que hacían historia. Es éste el color que hoy tiñe de vergüenza esta publicación que pretende empaparte de lo que, como ell@s y, siguiendo su ejemplo, estamos hoy defendiendo: tus derechos, nuestros derechos, los de tod@s l@s estudiantes. Para que seas parte de este proceso que, en este momento, se está dando en nuestra Facultad y que avergüenza a tod@s l@s que luchamos por una universidad justa y democrática. Lucha en la que, al igual que aquell@s compañer@s de 1969, no vamos a retroceder. Porque no bajamos los brazos, ni un poquito, cuando de derechos se trata. Porque tenemos esperanza. Sí, esperanza en wila-chipica. Y porque, en las siempre iluminadoras palabras de Eduardo Galeano, la historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue y contra lo que fue, anuncia lo que será.

* “Rojo” en lengua Aymara

Lenguas avergonzadas…

Hace más o menos dos meses, la Secretaría de Coordinación (a cargo las finanzas) elevó un anteproyecto de presupuesto al Honorable Consejo Directivo, elaborado por el contador y administradores de la Facultad. L@s consejer@s estudiantiles y egresad@s de a.i.e.e.l. analizamos minuciosamente y observamos en esta propuesta una serie de falencias que debían ser atendidas.
El miércoles 6 de mayo, en la sesión del Honorable Consejo Directivo, se sometió a discusión y votación dicho proyecto. Much@s docentes se volvieron increíblemente reglamentaristas (algo en verdad sorprendente, si se considera su desempeño anterior en dicho órgano) con la finalidad de que nuestr@s consejer@s no pudieran hacer uso de la palabra más de una vez.
L@s Consejer@s estudiantiles y egresados no hicimos más que hacernos cargo -como parte de la institución- de realizar propuestas para resolver problemáticas de índole académica, socioeconómico y extensionista. Planteamos la necesidad de priorizar ciertas áreas, la importancia del anclaje social de la Universidad (base de los Estatutos Universitarios), que no se puede hacer caso omiso a las demandas socio-históricas que nos atraviesan y que el proyecto presupuestario debía engarzarse en un proyecto socio-político democrático.
Lamentablemente, nuestros argumentos fueron desoídos, deslegitimados y –en el caso del Sec. de Coordinación Luis Jaimez- hasta respondidos con falacias y sorna. Éste denotaba que “no se puede hacer más”, que “algún día será”. Postura mesiánica si las hay que no da cuenta de la necesidad de mejorar la realidad. Incluso, hubo quien sugirió que haber subido el monto para ayudas económicas de $30.000 a $50.000 “ya era demasiado”, haciendo caso omiso al hecho de que el total de ayudas económicas solicitadas por estudiantes ronda los $90.000. Que un número nos parezca elevado en función de otro número, no significa necesariamente que su aplicación final sea satisfactoria: los $50.000 no son suficientes para solventar las necesidades de l@s compañer@s aludid@s y se corre el sólido riesgo de que, por primera vez, la Facultad no dé respuestas a dichas demandas.
¿Los resultados? 8 Consejer@s (Docentes: V. Wilke, S. Marchiaro, M. López Barrios, A. Parfeniuk, F. Gímenez, M. Buteler, J. Martínez; No Docente: R. Sosa) votaron por la aprobación del Proyecto de Presupuesto tal cual estaba, mientras que hubo 8 votos (Estudiates: L. Seia, F. Kendziura, S. Boldrini, L. Di Lonardo, J. Amaya; Docente: I. Alochis; Egresados: P. Perón, W. Ludueña) por la negativa en función de que había otra moción que incluía nuestras propuestas (ver artículo siguiente). La decisión final quedó en manos de la Decana Silvia Barei, quien resolvió aprobar el Proyecto de Presupuesto elaborado por los técnicos y enseguida solicitó “ser escuchada”, al ver que l@s estudiantes y los egresados nos retirábamos indignad@s. Nos retiramos espontáneamente porque necesidades impostergables no habían sido “escuchadas”; pues entendemos que “escuchar” es mucho más que percibir una serie de sonidos; es representar el compromiso de actuar de acuerdo a cómo la realidad nos interpela. La realidad real, la de la crisis y la miseria. Aquella donde algun@s acceden al ejercicio de sus derechos y otr@s son analizad@s como productor@s de violencia mientras que, en realidad, son sus víctimas.
Ahora bien, dada la paridad previa a la votación del Decanato (votación sólo necesaria en el caso de empate), un voto habría hecho la diferencia. Un voto para garantizar acciones específicas a desarrollar en aras del desarrollo de la Universidad, de sus funciones, de la contención estudiantil. ¿Dónde estaba la agrupación William Shakespeare? ¿Por qué se retiraron de la sesión antes del tratamiento de un tema tan delicado? ¿Dónde estaban est@s Consejer@s que usualmente se ausentan del HCD y de las Comisiones? No participaron de una votación crucial para decenas de compañer@s que, por irresponsabilidad de dich@s Consejer@s, no obtendrán un aporte capital para su desempeño académico.
Evidentemente, no fue una sesión más. A la hora de votar se jugaron más cosas que al momento de declamar y, cuando hubo que discutir sobre uno de los Presupuestos de Recursos Propios más altos de la UNC, las prioridades no fueron las mismas…

Nuestros proyectos

Creemos en a.i.e.e.l. que la mejor forma de generar cambios es construyendo, es trabajando por lo que creemos justo, es proponiendo proyectos que generen pequeños o grandes pasos en el camino hacia esa universidad por la que luchamos. Entonces, y sin descanso, ponemos manos a la obra. Este año presentamos al Honorable Consejo Directivo algunos proyectos que al necesitar de recursos económicos para su implementación, debían ser considerados al momento de estipular el Presupuesto 2009. Proyectos que quedaron fuera del presupuesto aprobado el 6 de mayo pasado. Uno de ellos, el de Albergue estudiantil apunta a contener a compañer@s que se ven forzad@s a abandonar sus estudios o, a veces, ni siquiera comenzarlos, por no disponer de las condiciones inmobiliarias necesarias para lograr un buen desempeño académico. Por otro lado, el Pre-ciclo de nivelación, que también surge del rechazo a la exclusión, genera una instancia opcional y gratuita, previa al ciclo de nivelación, para que l@s aspirantes a ingresar a nuestra unidad académica obtengan una formación lingüística suficiente y sólida. Si bien este proyecto fue aprobado, no fue considerado en el presupuesto que, paradójicamente, fue aprobado por el mismo cuerpo. Por último, nuestros consejeros egresados presentaron un proyecto de Apuntes gratuitos para adscript@s, para que esos “docentes voluntari@s” que hoy trabajan en nuestra Facultad puedan obtener sin costo el material de la cátedra en la que se desempeñan. De todas formas, seguiremos defendiendo nuestros proyectos, porque son una forma más de garantizar el cumplimiento del legítimo derecho que tod@s, sin distinciones, tenemos… el de estudiar.

Invertir (en) las prioridades

El modo en que se invierte el dinero debe reflejar el proyecto de Facultad que tenemos. Por ello, y de acuerdo con nuestra concepción de Facultad, es que consideramos de primordial importancia destinar gran parte de los recursos a ayuda económica para l@s estudiantes y a proyectos de extensión.
La posibilidad de brindar ayuda económica es fundamental para colaborar con la contención de tod@s aquell@s estudiantes que vean dificultado su desempeño académico por causas de índole socioeconómica. La Facultad debe hacerse responsable de garantizar el carácter libre y público de la Universidad y esto incluye el arbitrar los medios para que todas aquellas personas que quieran cursar alguna de nuestras carreras puedan hacerlo. Cabe señalar que ésto no sólo implica ingresar a la carrera, sino poder avocarse a su estudio apropiadamente durante todos los años que ésta conlleva. Para colaborar con quienes tienen las dificultades antes mencionadas, la Facultad aprobó el Programa de Contención y Formación para estudiantes. Pero esto por sí sólo no es suficiente. Es preciso destinar los fondos necesarios para dar respuesta a las necesidades de TOD@S aquell@as que las manifestaron, de otra manera se estaría fortaleciendo el carácter elitista de la Universidad al priorizar la formación de aquell@s personas económicamente privilegiadas y no dar respuesta a aquell@s más desfavorecidos.
Por otro lado, creemos que es esencial que l@s estudiantes de Lenguas tengan una educación que no apunte únicamente a una capacitación técnica, sino a su formación como sujetos íntegros, capaces de identificar los problemas que afectan a su sociedad, especialmente a aquellos sectores más desfavorecidos, y de trabajar dialécticamente con la comunidad en la búsqueda y en la construcción de respuestas. Para ello, es esencial la participación en actividades de extensión que generen los espacios necesarios para el intercambio de saberes entre l@s universitari@s y el resto de la comunidad, así como la apuesta económica que permita la materialización de esta concepción.
Lamentablemente, al aprobarse el presupuesto 2009, no se destinaron, según nuestro parecer, los fondos suficientes para lo antes mencionado, a pesar de la solicitud y argumentación dadas por l@s consejer@s de a.i.e.e.l.

Lenguas organizadas…lenguas representadas…

Tanto la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) como cada una de sus Facultades, poseen sus órganos de co-gobierno: el Honorable Consejo Superior (HCS) y el Honorable Consejo Directivo (HCD) respectivamente. En ellos, están representados los cuatro (4) claustros universitarios: docente, estudiantil, de egresad@s y no docente. Del total de l@s Consejer@s que conforman el HCD, nueve (9) son docentes, seis (6) son estudiantes, dos (2) son egresad@s y un@ (1) es no docente. Asimismo, en cada sesión del Consejo Directivo debe estar presente el/la Decan@ o, en su defecto, el/la Vicedecan@.

Estatutos Universitarios

Art. 2º.- Misión de la Universidad. La universidad, como institución rectora de los valores sustanciales de la sociedad y el pueblo a que pertenece, tiene los siguientes fines:

(…) c) La difusión del saber superior entre todas las capas de la población mediante adecuados programas de extensión cultural.

d) Promover la actuación del universitario en el seno del pueblo al que pertenece, destacando su sensibilidad para los problemas de su época y las soluciones de los mismos.

e) Proyectar su atención permanente sobre los grandes problemas y necesidades de la vida nacional, colaborando desinteresadamente en su esclarecimiento y solución.

Art. 31º.- Corresponde a los Consejos Directivos:

(…) 8) Promover la extensión universitaria con el sentido social que exige el progreso de la Nación.

(…) 12) Presentar al Consejo Superior el proyecto de Presupuesto en la época que aquél determine, así como solicitar modificaciones o reajustes de las partidas previstas en el presupuesto en ejecución.

Lenguas proyectadas


El pasado 6 de mayo, en la Facultad de Lenguas se vislumbraron dos proyectos políticos que denotan modelos de Universidad totalmente diferentes. Uno, –el que se aprobó, finalmente- refleja una política burocrática en la cual se desconocen las temáticas que le competen al HCD como órgano colegiado, otorgándole dichas facultades a técnicos quienes –por naturaleza- no tienen sensibilidad hacia las necesidades estudiantiles. El otro proyecto contempla las necesidades de l@s compañer@s, apelando a mejorar las condiciones materiales que el claustro estudiantil requiere para desenvolverse académicamente. Todos los proyectos presentados por l@s consejer@s de aieel tienen como finalidad la democratización de la Facultad de Lenguas, garantizando el ingreso, permanencia y egreso de l@s estudiantes sin dificultades socio-económicas y académicas. Lamentablemente, miembr@s del claustro docente (a quienes la Ley de Educación Superior aprobada durante el menemismo, les otorgó el poder de decidir por sobre el resto de los claustros) permiten que siga habiendo sectores privilegiados y que sólo un@s poc@s puedan estudiar. Sólo se limitan a retrasar este proceso de democratización, además de no generar propuestas y, por ende, no aportar a la mejora de la institución. Cabe interrogarse entonces acerca de cuál es el rol de nuestr@s docentes en un órgano de co-gobierno. A pesar de que nuestras voces no fueron escuchadas, seguiremos luchando por un presupuesto justo, por una Universidad justa.