30.11.09

No dejes tus derechos para el FINAL

DERECHOS Y NORMATIVAS IMPORTANTES A TENER EN CUENTA AL MOMENTO DE RENDIR EXÁMENES

Contribución Estudiantil
El pago de cuotas del arancel universitario no constituye un requisito para poder inscribirse al cursado de materias y/o a exámenes finales.
A raíz de iniciativas presentadas por consejer@s estudiantiles de a.i.e.l., desde 2006 el pago de la contribución estudiantil no constituye una restricción para avanzar en nuestro cursado y, a partir de 2008, el pago de dicha contribución pasó a ser de carácter únicamente voluntario.

En caso de que alguno de estos derechos o normativas no sean respetad@s, acercate al Centro de Estudiantes de Lenguas -aula 14 bis, 1º piso-, o comunicate telefónicamente al 4343214/15/16 int 13 o por correo electrónico a aiel_lenguas_13@yahoo.com.ar

No dejes tus DERECHOS para el FINAL

DERECHOS Y NORMATIVAS IMPORTANTES A TENER EN CUENTA AL MOMENTO DE RENDIR EXÁMENES

Inscripción a exámenes
Para cada examen al que decidimos presentarnos tenemos tiempo de inscribirnos hasta 48 hs. hábiles antes de la fecha establecida para dicho examen. Esto quiere decir que, si vamos a rendir un martes -por ej-, tenemos tiempo hasta el viernes anterior para inscribirnos.
Es importante que cada vez que hagamos un trámite de examen (o de cualquier otra índole), imprimamos el comprobante donde conste/n la/s materia/s a las cuales nos inscribimos por si surge algún inconveniente administrativo. Del mismo modo, no está de más corroborar que nuestra inscripción al examen se haya registrado correctamente fijándonos en las actas que se publican el día previo al final. En el caso de que no figuremos en el Acta, debemos recurrir al Área de Enseñanza con el comprobante de inscripción para dar solución a nuestro problema. Es importante tener en cuenta que este trámite no puede realizarse el mismo día del examen.
A modo de sugerencia, siempre es bueno cambiar la contraseña de la sesión del sistema Guaraní a fin de evitar posibles irrupciones indeseadas en la cuenta.

En caso de que alguno de estos derechos o normativas no sean respetad@s, acercate al Centro de Estudiantes de Lenguas -aula 14 bis, 1º piso-, o comunicate telefónicamente al 4343214/15/16 int 13 o por correo electrónico a aiel_lenguas_13@yahoo.com.ar

14.11.09

De nosotr@s depende


La Facultad le quita la fotocopiadora a l@s estudiantes

La resolución Decanal N° 1840/2009 del 29 de octubre de 2009 materializó el vaciamiento de recursos a nuestro Centro de Estudiantes, el cual venía manejando el servicio de fotocopiado por más de 10 años. La Decana, Dra Silvia Barei y el Secretario de Coordinación, Prof. Luis Jaimez, dejan hoy al gremio estudiantil sin su principal fuente de financiamiento y a l@s estudiantes sin forma de garantizar sus apuntes a bajo costo y de buena calidad; más aún, sin la posibilidad de gestionar recursos para defender sus derechos académicos, gremiales, culturales, deportivos y políticos.


La cuestión de llevarse el apunte

La fotocopiadora de la Facultad de Lenguas ha sido gestionada por su Centro de Estudiantes por hace ya varios años. Tras sucesivas encuestas, l@s compañer@s fueron decidiendo quiénes debían ofrecernos dicho servicio de acuerdo con la calidad, precio y, por sobre todo, la atención que l@s concesionari@s prestaban. La actual concesión estuvo a cargo de la fotocopiadora desde 2004, año en el cual obtuvo un 73% de apoyo por parte de l@s compañer@s a través de la encuesta estudiantil que abría la discusión al masivo de l@s estudiantes de Lenguas para ser parte de dicha decisión.

En 2009, tras un inconveniente que presentaba irregularidades en el cobro de los apuntes, una nueva encuesta se hizo y, del mismo modo, l@s compañer@s respondieron, casi paradójicamente, con el mismo porcentaje de adhesión para que la actual concesión siguiera trabajando en Lenguas (73%). A partir de este suceso, la gestión de la Facultad –que, por ese entonces, estaba por cumplir un año de haber asumido- se enteró de que no existía entre la Facultad y el Centro de Estudiantes una autorización para explotar el servicio de fotocopiadora como lo hubo en épocas anteriores y por lo tanto, “había que regularizarlo”. Con este punto estábamos más que de acuerdo, ya que era un trámite bastante simple en el cual la Facultad y el CEL firmaban un convenio, según la normativa vigente y todo seguía su curso normal… o sea, el CEL funcionando con recursos, la fotocopiadora regularizada y l@s compañer@s con sus apuntes de buena calidad y a bajo costo.

Empero, como en toda historia, algo sucedió. El día previo a las elecciones estudiantiles (miércoles 28/10/09) fuimos convocad@s por la Decana y el Secretario de Coordinación de la Facultad para charlar sobre esta temática. Con las ansias, stress y nervios a flor de piel por estar a sólo horas de un evento tan importante como las elecciones, asistimos –bastante inocentemente- a la reunión pensando en encontrarle una salida que no perjudique a ninguna de las partes (al menos no al estudiantado). Lamentablemente, no sucedió así: esta poco feliz reunión era para comunicarnos que ya se habían iniciado, unilateralmente, los trámites para una pseudo-licitación* para el servicio de fotocopiado del año 2010. Esto significaba, en términos criollos, que el Centro de Estudiantes no iba a contar con su principal fuente de recursos financieros para realizar todas y cada una de sus actividades.

Así, tan simple y crudo como suena, es la situación que se nos planteó. Perplej@s por tamaña decisión, grado de autoritarismo y violencia; intentamos retomar aquella –ya lejana- idea de que se logre un convenio para que l@s estudiantes no suframos semejante atropello. Una y otra vez, se nos negó la posibilidad de regularizar la situación de ese modo y se nos dijo vilmente que “la licitación es la única forma de regularizarlo”. Bastante más grave se torna dicha medida cuando recordamos que la misma Decana nos expresó personalmente “no le queremos ni vamos a sacar la fotocopiadora al Centro de Estudiantes”… pero como se ve, a los dichos se los lleva el viento.

* La denominamos pseudo-licitación ya que no representa una licitación como la constitución manda, de carácter abierto y público, sino que es un invento leguleyo para que las universidades puedan convocar sólo a empresas “amigas” de las gestiones.

LEGAL Y LEGÍTIMAMENTE DE L@S ESTUDIANTES

La Resolución Rectoral nº 1460/88 y su ampliación, la 954/89 (aprobadas por el Honorable Consejo Superior, órgano máximo de co-gobierno de la Universidad), legaliza, regula, legitima y habilita a los Centros de Estudiantes a llevar a cabo estas actividades considerando que estos fondos “favorecen el desarrollo de las actividades que le son propias siendo estos últimos uno de los pilares sobre los que se asienta la democracia imperante en el actual sistema universitario” y además, que “de ese modo son los representantes de los principales destinatarios de los servicios que se prestan quienes administran y dirigen esa actividad comercial, lo que redunda en beneficio de la calidad de los mismos”.

L@s estudiantes somos capaces de administrar nuestro dinero y en ese sentido, decidir quién, cómo y con qué fines se lo maneja. El rol de la Facultad no es el de hacer negocios ni permitir que amistades hagan negocios con las necesidades de l@s estudiantes. Estatutariamente, el CEL (o cualquier Centro de Estudiantes) tiene la responsabilidad particular de ser una entidad que fomente actividades solidarias autofinanciadas que devuelvan, de alguna manera, los recursos de l@s estudiantes a l@s mism@s estudiantes.

¿Qué ocurre cuando se vacía de recursos un Centro de Estudiantes?

La autogestión del dinero de l@s estudiantes a través de su gremio no sólo es una forma más de asegurar la participación democrática en la ciudadanía universitaria, sino que además, implica una acción pedagógica en ese ejercicio democrático. L@s estudiantes participamos en nuestra propia formación académica, humana y social, asegurándonos, por medio de nuestro gremio, la concreción de actividades sustentadas gracias a la autonomía política y económica de nuestro espacio de representación por excelencia.

Así, contribuimos a desarrollarnos intelectualmente a través de los talleres que nuestro Centro de Estudiantes organiza, accediendo al material y a los certificados de manera gratuita, y nos encontramos en actividades de reflexión y debate con otr@s compañer@s y con expert@s en nuestro objeto de estudio. Además, tenemos la oportunidad de acceder a servicios básicos, a precios menores que el costo mismo de los insumos y de su mantenimiento técnico, como internet (gratuito) e impresiones al alcance de tod@s l@s estudiantes, para que no constituya esto un obstáculo en nuestra formación, sin olvidarnos de que tenemos un botiquín, del que disponemos gratuitamente, y un Barcito Estudiantil subvencionado también por el CEL, con precios menores a los costos (aporte de carácter voluntario). Finalmente, y como un pilar fundamental en nuestra formación como ciudadan@s universitari@s, es necesario que l@s estudiantes nos mantengamos informad@s acerca de lo que sucede en nuestro Centro, en nuestra Facultad, en nuestra Universidad y en nuestra sociedad. Por esto, es responsabilidad de nuestr@s representantes gremiales la socialización masiva de la información a sus bases, a través de publicaciones gratuitas (como “el 13”, mensualmente y el InfoCEL, de entrega anual).

Estas son sólo algunas de las acciones que se llevan adelante desde el gremio estudiantil de Lenguas. Todo aquello es financiado a partir de la gestión del servicio de fotocopiadora que hoy la Facultad quiere quitarle a l@s estudiantes para dárselo a una empresa cuya única meta va a ser el lucro. Desde el CEL, junto con much@s compañer@s nos preguntamos… ¿Por qué la Decana de la Facultad, Dra. Silvia Barei y el Secretario de Coordinación, Prof. Luis Jaimez, quieren vaciar el espacio de organización de l@s estudiantes?

Desnaturalizar lo naturalizado

Del mismo modo en que un lingüista debe analizar el contexto de producción en el cual se enmarcan los discursos, necesitamos considerar, aquí, en qué proceso socio-histórico se inscribe este avasallamiento sobre nuestro Centro de Estudiantes y las implicancias que ello conlleva.

Hace ya casi un siglo, las ideas conservadoras que imponían el autoritarismo docente por sobre el claustro estudiantil eran derrumbados por la fuerza de jóvenes universitari@s que iniciaron un movimiento emancipador en la educación por todo el continente, el cual tuvo sus inicios en la Reforma del `18. Jóvenes de esta universidad y de muchas más universidades del país y de Nuestra América han sido quienes llevaron como bandera la participación estudiantil y la posibilidad de organizarse para transformar el mundo. Eso les costó a vari@s miles de compañer@s, en tiempos de dictadura, el secuestro, la tortura y hasta la desaparición física. La posibilidad de cambiar lógicas retrógradas por parte de la juventud siempre ha sido un temor para quienes manejan el poder y, en ese sentido, tanto autoridades como docentes en general han actuado para controlar y restringir al máximo nuestra capacidad de intervenir en la realidad.

El hecho de poder organizarse en un Centro de Estudiantes y gestionar una fotocopiadora como modo de financiar su funcionamiento no es casual ni ha sido siempre así, sino que fue producto de la lucha gremial estudiantil durante muchos años. En otras palabras, much@s compañer@s –que ni siquiera conocimos- destinaron su tiempo, mente, sangre y esfuerzo para lograr una fuente de recursos legal y legítima para los Centros de Estudiantes (espacios que pertenecen a tod@s l@s estudiantes). Tampoco es casual, ni mucho menos, que haya bancadas estudiantiles en los órganos de decisión de nuestras universidades (Consejos Consultivos, Directivos y Superiores) o l@s mism@s estudiantes tengamos voz y voto en mecanismos de selección y evaluación docente; por mencionar algunos logros que tuvo el movimiento estudiantil. Nada es como es por alguna divina razón o porque sí. El hecho de lograr autofinanciarnos como Centro de Estudiantes de Lenguas es un avance que la comunidad de nuestra Facultad hizo al propender al ejercicio democrático de organizarse como gremio.

Ir en contra de ese avance significa violar principios básicos como la autonomía de dicho gremio, en tanto y en cuanto pueda tomar decisiones y tener prácticas que defiendan los derechos estudiantiles independientemente de recibir fondos de la gestión de la Facultad. L@s estudiantes hemos tenido la oportunidad de autofinanciarnos como gremio por medio de la venta de apuntes a bajo costo, cuya recaudación volvía a l@s estudiantes mediante diversas actividades de índole académica, deportiva, gremial y cultural. Hoy, ese derecho de expresarnos, de comunicarnos, de encontrarnos –en sí, de organizarnos para transformar la realidad- se ve vulnerado por una decisión no comúnmente vista entre autoridades que dicen representar el progresismo, construir con l@s estudiantes y defender los Derechos Humanos.