16.5.09

Editorial

Sí. Estás leyendo “el 13”, el de cada mes, el del siempre radiante color de la vida, de la esperanza. Pero no esta vez. Hoy nos vestimos de rojo. Wila-chipica*, dirían l@s dueñ@s de esta tierra americana que nos abraza. Rojo lucha, rojo de bronca ante la injusticia. Y colorado de vergüenza ante lo evitable. Rojo, wila-chipica. El color de la sangre que aquel mayo, 40 años atrás pintaba calles desbordantes de indignación. Sangre derramada por nuestr@s compañer@s obrer@s, por compañer@s estudiantes, es@s que copaban nuestra ciudad y aturdían oídos necios con su grito de justicia, es@s que hicieron el Cordobazo. Que no claudicaban y, con el puño en alto, no daban un paso atrás. Que hacían historia. Es éste el color que hoy tiñe de vergüenza esta publicación que pretende empaparte de lo que, como ell@s y, siguiendo su ejemplo, estamos hoy defendiendo: tus derechos, nuestros derechos, los de tod@s l@s estudiantes. Para que seas parte de este proceso que, en este momento, se está dando en nuestra Facultad y que avergüenza a tod@s l@s que luchamos por una universidad justa y democrática. Lucha en la que, al igual que aquell@s compañer@s de 1969, no vamos a retroceder. Porque no bajamos los brazos, ni un poquito, cuando de derechos se trata. Porque tenemos esperanza. Sí, esperanza en wila-chipica. Y porque, en las siempre iluminadoras palabras de Eduardo Galeano, la historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue y contra lo que fue, anuncia lo que será.

* “Rojo” en lengua Aymara