17.4.09

CIVE: POR UNA COOPERATIVA

Pocos casos se han escuchado (aunque no pocos habrán existido) sobre un armado tan mafioso, corrupto, complejo y exitoso para vaciar una empresa como el de la autopartista de vidrios y espejos Cive. Una fábrica que, con más de 60 años de existencia, supo generar empleos para más de 300 trabajadores y que como cooperativa podría volver a hacerlo.


El definitivo vaciamiento de la empresa comienza allá por 1997 con el despido de 60 trabajadores cuyas indemnizaciones jamás fueron pagadas por completo. Después del llamado a convocatoria de acreedores, en 2002 fueron despedidos 60 trabajadores más, a los que por supuesto tampoco se les pagaron las indemnizaciones. Así, los trabajadores le iniciarán una denuncia penal al presidente de la empresa y al sindicato, comenzando con el proceso de autoorganización.


Este proceso continuó con la intervención de los síndicos quienes, en complicidad con la gerencia, los representantes sindicalistas del gremio del vidrio y los acreedores, formaron una sociedad que, a través de empresas de fabricación y ventas en Río Tercero y en la ciudad de Córdoba bajo testaferros, se vendían los vidrios a sí mismos a precios irrisorios. Una de las principales cabezas de la operación fue el elegante señor Ardiles, hoy principal acreedor de Cive; cómplice del vaciamiento y dueño de una de las empresas de autoventa de vidrios; él es justamente a quien la jueza Marcela Antenucci pretende dar la titularidad de la fábrica, tras la declaración de quiebra en 2006, sin escuchar lo que pretenden los trabajadores.


Hoy son 76 los trabajadores que quedaron sin empleo y que, en forma pacífica, tomaron la fábrica. 76 trabajadores que ya han iniciado el proceso legal de cooperativización para poner en marcha una fábrica con una gran capacidad de venta y generación de empleo. 76 trabajadores que buscan terminar con una historia de enriquecimiento ilícito sin parangón. 76 trabajadores que buscan alimentar a sus familias por medio de un salario justo y digno, en un trabajo ya de por sí considerado insalubre. 76 trabajadores que resisten al inminente desalojo, a la amenaza policial constante, a los aprietes del gremio…

Los trabajadores de Cive se organizaron para resistir contra el desalojo de su fábrica, y lo seguirán haciendo, aun en la calle y sin salario alguno hace más de un mes. Por ello necesitan de la participación y la presencia de todas las organizaciones y de todos nosotros, en un proceso de lucha arduo que busca conquistar una producción justa e igualitaria, como ya lo hicieran en nuestra ciudad la ex Clínica Junín o el diario Comercio y Justicia.


¡Resistamos el desalojo!


(redactado por El Andén – Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras)