16.5.08

Figurita repetida

La CIA no quiere entender que Bolivia va a liberarse

Desde el llamado “descubrimiento” de América hasta nuestros días, las vías de dominación llevadas a cabo contra los pueblos originarios han ido variando su forma pero no su nivel de violencia. Unos siglos atrás, a nadie le sorprendía la matanza indiscriminada de estos pueblos. Unas décadas atrás, los golpes de Estado organizados desde las agencias de inteligencia de Estados Unidos eran moneda corriente por toda la vasta extensión latinoamericana. Hoy en día, no es tan difícil reconocer las gestiones del imperio para impedir procesos emancipadores. Lo acontecido en nuestra hermana nación boliviana nos demuestra cuán reaccionario puede ser un sector oligárquico cuando ve que la sociedad entera avanza.
Tal como sucedió en nuestro país en 1930, 1943, 1955 y 1966 (por nombrar algunos); cada vez que una nación decide dar un paso adelante sobre sus recursos naturales -específicamente, sobre sus hidrocarburos-, la maquinaria del sistema, en total complicidad con los sectores conservadores, intenta desequilibrar la estructura socio-económica.
El intento de obtener la autonomía por parte de la provincia de Santa Cruz apunta a contrarrestar la nacionalización de una empresa telefónica y tres petroleras anunciada por Evo Morales el pasado primero de mayo. Este sector de la oligarquía boliviana se violenta porque siente la pérdida de poder sobre los negocios agrarios, sanitarios y educativos de la región.
Se suma, esta vez, el factor racista por parte de dicha oligarquía. Sus jóvenes “blancos” -como se denominan- se organizan como grupos paramilitares para echar de su región a l@s indígenas. Su codicia y su sentimiento de “raza superior” hacen recordar las páginas más oscuras de la historia reciente.
Ahora bien, es más que importante tener en cuenta que este escenario ha sido, como siempre, bien “manejado” por los medios de comunicación; quienes sólo hablan de una iniciativa de autonomía que devino en hechos de violencia. No es casual que días atrás, el Departamento de Estado Norteamericano haya expresado “su preocupación por las actitudes del gobierno de Evo Morales, a quien adjudicaron de provocar atisbos de Terrorismo en el país andino”.
A través de este humilde medio, apoyamos plenamente a los movimientos sociales que están defendiendo el proceso democrático y liberador de esta gestión gubernamental en Bolivia. Ya son 500 años de resistencia a la opresión y al colonialismo. 500 años de muertes silenciosas, de bosques y minerales expropiados. Por una real convivencia del ser humano con el ser humano y con la naturaleza que lo rodea.

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